Los tiempos actuales han puesto de manifiesto que la globalización no es simplemente el movimiento o intercambio de personas o mercancías, sino, también, de información y conocimiento. Hoy, a consecuencia de los retos derivados de la obligada adaptación de nuestros modelos tradicionales de enseñanza y aprendizaje al uso de Internet, nos encontramos con posibilidades mucho más dinámicas, participativas y cercanas de acceso a la educación. La tradicional instrucción presencial se ha adecuado y coexiste, de forma natural, con la enseñanza online o con fórmulas mixtas, en las que docentes y estudiantes comparten tanto espacios reales como virtuales. Todo ello, además, sin que se haya visto mermada la calidad ni la orientación investigadora y multidisciplinar de las enseñanzas. Esta situación novedosa ha calado también en la internacionalización de los propios estudios. En el pasado, uno de los ejes cardinales de las políticas universitarias de expansión internacional era la promoción de movilidades presenciales de profesorado y estudiantes. En este momento, las nuevas tecnologías permiten una cantidad incluso mayor de intercambios en los que estudiantes y profesores de distintas nacionalidades participan de forma síncrona de los procesos de enseñanza y aprendizaje.